1, 2, 3 del sarampión: Artículo tomado de "El Heraldo" el día 21 de agosto de 2011

25.08.2011 23:55

 

1, 2, 3 del Sarampión:estar alerta es la mejor manera de evitarlo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A propósito de la aparición de un caso de sarampión en la ciudad, un pediatra infectólogo del Hospital Universidad del Norte previene y señala medidas para identificar la enfermedad.

 

El sarampión es una enfermedad eruptiva, producida por el virus del Sarampión, exclusiva del ser humano, de muy alta contagiosidad y prevenible a través de vacunas. A diferencia de las creencias populares es una infección con alto potencial de complicaciones (especialmente respiratorias y neurológicas) y que puede causar la muerte, afectando más severamente a niños desnutridos en países en vía de desarrollo.

Según Jorge Pérez, pediatra infectólogo del Hospital Universidad del Norte, “en la era previa a la aparición de la vacuna (hasta 1965) era una enfermedad que afectaba a muchas personas cada año, con epidemias cada 2-3 años, que atacaba principalmente a menores de 5 años”.

El infectólogo asegura que actualmente las epidemias pueden ocurrir cuando se acumulan personas susceptibles (no vacunados y falla de la vacuna) y que para lograr la reducción de los casos, se deben alcanzar coberturas vacúnales antisarampionosas en cada país de hasta el 90%, lo cual se logra mediante el esquema ordinario de vacunación y actividades periódicas complementarias (Jornadas Nacionales de Inmunización).

La transmisión del virus es por vía aérea, a través de microgotas de saliva o por objetos contaminados. “El enfermo es contagioso desde los dos últimos días del período de incubación hasta el cuarto día del brote. La posibilidad de infección a otro familiar o persona no vacunado que vivan en la misma casa es mayor al 90%”, afirma Pérez, y agrega que el virus sobrevive alrededor de 2 horas en objetos y superficies contaminadas por gotas de saliva; es inactivado por la luz solar, pH extremo, calor y éter.

Manifestaciones. Después del período de incubación entre 7 a 14 días (promedio 10 días) se presentan las primeras manifestaciones clínicas, como fiebre alta, malestar general, pérdida del apetito, dolor de cabeza, dolores musculares, conjuntivitis, ronquera, dolor de garganta, tos seca y crecimiento de los ganglios.

Después de tres días aparece el brote de color rojizo, que se inicia en la cabeza y cara (con aspecto de cara sucia) y se va extendiendo hacia el tronco y las extremidades, acompañados nuevamente de fiebre alta.

Las manchas de Koplik, unas pequeñas manchas de color rojo con la parte central de color blanco o azulado que aparecen en el interior de la boca, son características en este período. Al quinto día, el brote se desvanece y culmina con descamación fina de la piel. Los médicos insisten en que debemos sospechar complicaciones si la fiebre se prolonga.

Las complicaciones de la enfermedad son más frecuentes en los menores de 2 años y adultos, en desnutridos, personas con bajo nivel socio-económico-cultural, personas con enfermedades que disminuyen las defensas como VIH, cáncer y tratamientos prolongados con corticoides orales.

Es por ello que reforzar las medidas, principalmente en las poblaciones afectadas por la ola invernal, se hace prioritario, pues sus actuales condiciones pueden ser el ambiente ideal para el contagio y la propagación.

En cuanto a las manifestaciones, las más comunes son las que afectan el sistema respiratorio (neumonías, otitis media, sinusitis, laringitis y bronquitis), diarrea y neurológicas como convulsiones e inflamación del cerebro. Se ha encontrado que entre el 1 y 10% de los casos de sarampión ocasionan la muerte.

¿Y la vacuna?. La medida más efectiva para lograr la prevención del sarampión es la inmunización. La vacuna contra el sarampión viene incluida en la llamada triple viral (sarampión-papera-rubeola) o MMRV (sarampión-papera-rubeola-varicela) que está indicada aplicar a los 12 meses de vida y una segunda dosis a los 5 años o al inicio de la adolescencia.

En casos de epidemia se podrán aplicar a partir de los 6 meses de edad o adelantar la segunda dosis si es mayor de 12 meses. Los adultos hasta 40 años de edad que no tengan esquema de vacunación completo (2 dosis) también deben recibir la vacuna. 
En cuanto a los recién nacidos, el infectólogo afirma que “hasta los 6 meses de edad tienen protección temporal y parcial a través de los anticuerpos pasados por la madre durante el embarazo y por la lactancia materna”.

Esta vacuna no debería administrase a mujeres embarazadas, a niños con tuberculosis activa sin tratamiento, leucemia u otros cánceres, ni a personas cuyo sistema inmune está deprimido por cualquier razón. Está contraindicada en aquellas personas que tengan antecedentes de reacciones alérgicas severas (anafilaxia) al huevo o al antibiótico neomicina, ya que existe el riesgo de que presenten reacciones graves a la vacuna.

La activa vigilancia epidemiológica que realizan las secretarías de salud distrital y departamental permitieron rápidamente identificar el caso e iniciar el cerco sanitario como estrategia de salud pública para evitar una epidemia, anota Édgar Navarro, director del departamento de Salud Pública de Uninorte.

¿Qué hacer, si se confirma la enfermedad? 
Hernando Baquero, decano de Ciencias de la Salud de la Universidad del Norte señala que si bien el caso diagnosticado en la ciudad es importado (el contagio se produjo en otra ciudad), se recomienda a la comunidad estar atenta y consultar inmediatamente a su médico ante la aparición de fiebre (temperatura corporal mayor de 38 grados centígrados) y exantema (brote) maculopapular con al menos uno de estos tres síntomas: tos, rinitis o coriza, y conjuntivitis. No existe tratamiento específico contra el virus del sarampión.

Las medidas van encaminadas hacia mejorar los síntomas generales de los pacientes y prevenir las complicaciones. Dentro de estas recomendaciones podemos citar el reposo en casa, adecuada hidratación, higiene corporal y manejo de la fiebre con antipiréticos como Acetaminofén. El uso de aspirina (ASA) debe evitarse en estos pacientes.

Historia de la enfermedad
Rhazes, un médico persa del siglo X, fue quien identificó al sarampión como una enfermedad diferente a la viruela. El estudio epidemiológico clásico sobre sarampión lo realizó Panum en las Islas Faroe al describir la epidemia de 1846. Este autor reconoció que la enfermedad era infecciosa y se transmitía de humano a humano por vía respiratoria.

El período de incubación era de aproximadamente 14 días y la enfermedad dejaba inmunidad permanente a aquellos que la padecían. En 1954 se logró propagar el virus en cultivo de células renales de humano, lo cual condujo al desarrollo de la primera vacuna contra el sarampión. Esta vacuna se comenzó a usar en forma masiva en los Estados Unidos de Norteamérica en el año 1963.

Alianza El Heraldo- Hospital Universidad del Norte