¿Qué hacer para combatir la obesidad infantil? Por: LAILA ABU SHIHAB | 10 de Septiembre del 2011

11.09.2011 05:28

 

  Gordito

Esta es más común de lo que se cree. La solución no son las medidas extremas.

Maggie tiene 14 años. 'Gordita' y 'Grasosita' son los dos apodos más benévolos con los que la conocen en el colegio. Traumatizada por su evidente sobrepeso, comienza una dieta extrema y se entrega por completo a una dura rutina de ejercicios. Así, pasa de ser la niña insegura y triste del salón a la más linda y la estrella del equipo de fútbol.

Ella es la protagonista de Maggie goes on a diet (Maggie se pone a dieta), un libro dirigido a niños de entre 4 y 8 años escrito por un ex colaborador de The New Yorker. Sin haber sido publicado aún, el texto ha levantado gran polémica en Estados Unidos.

La obesidad infantil se ha convertido en un problema de salud pública, y no solo en ese país, donde uno de cada tres menores de edad sufre de sobrepeso o de obesidad.

En Colombia, uno de cada seis niños y adolescentes tiene el mismo problema, según la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia (Ensin) 2010. Pero muchos papás no saben cómo abordar el tema y cómo ayudar a sus hijos sin lastimarlos y sin imponerles restricciones y controles excesivos.

Hay soluciones extremas, como la de un investigador de Harvard, que provocó una oleada de indignación por sugerir, nada menos que en el Journal of the American Medical Association, que los niños obesos que enfrentan complicaciones potencialmente mortales de salud tendrían que ser llevados a hogares de crianza y que sus padres deberían perder la custodia sobre ellos.

Eso -sostienen expertos- no arregla el problema y podría dejar serias secuelas psicológicas en los niños. "La obesidad no solo tiene consecuencias físicas, sino emocionales, y el camino correcto para seguir pasa, en el 95 por ciento de los casos, por cambiar los estilos de vida y los hábitos alimentarios del niño y de su familia. No se trata de imponer dietas restrictivas", asegura Mauricio Coll, endocrinólogo pediatra colombiano.

A Bibiana Espitia, especialista en nutrición pediátrica, le preocupa que muchos papás puedan estar recibiendo el mensaje equivocado. "Unos creen que entre más gorditos los niños, más sanos; otros toman decisiones sin la asesoría de expertos, porque quieren verlos más flacos y esbeltos, y acaban afectándolos psicológicamente, dañando su autoestima y, muchas veces, provocando que se vayan al otro extremo y sufran luego de trastornos alimentarios, como la anorexia o la bulimia".

Cynthia Bulik, directora del programa de Desórdenes Alimentarios de la Universidad de Carolina del Norte (EE. UU.), cree que los niños no deberían incluir en su lenguaje la palabra "dieta".

"Los padres deben pensar en la forma en que el cerebro de los pequeños interpretaría ese mensaje. No verán ningún matiz y terminarán asociando la pérdida de peso producida por dietas peligrosas e imposibles de cumplir con los más populares y bonitos del colegio", le dijo a la revista Time hace poco.

¿A qué se debe?

Según Mauricio Coll, solo en el 5 por ciento de los casos la obesidad infantil responde a factores genéticos o a males que comprometen la vida del niño. El resto se debe a pésimos hábitos alimentarios. "Si no prueban las frutas y las verduras, comen cantidades alarmantes de harinas, son adictos a las bebidas azucaradas y, además, viven pegados al televisor y no hacen ejercicio, es muy difícil que no sean obesos", añade.

Cuidado con las cirugías

No están hechas para personas en crecimiento

Muchos padres creen que la solución a la obesidad infantil es una cirugía bariátrica, pero los expertos coinciden en que no es recomendable practicarla en menores de 18 años, que aún están en desarrollo. "Incluso si tiene un grave desarreglo endocrinológico y ha pasado por muchas juntas médicas en las que se diga que no hay otra forma de controlar su peso, y nunca he conocido un caso así, yo lo pensaría dos veces", afirma Bibiana Espitia.

Los padres, parte activa de la solución

Cuando un padre sospecha que su hijo tiene sobrepeso o está obeso -algo que se determina con base en el análisis de la curva de desarrollo o tablas de peso y talla-, debe llevarlo al pediatra o al nutricionista.

El sobrepeso y la obesidad pueden estar motivados por factores genéticos, mala alimentación, malos hábitos de vida y problemas psicológicos. Y conociendo la causa se puede empezar un tratamiento.

Sin embargo, según la nutricionista pediátrica Bibiana Espitia, "todos los casos necesitan un manejo multidisciplinario que promueva una correcta educación nutricional, no solo en el niño, sino en toda su familia".

Se debe aumentar el consumo de fibra en los niños, así como la actividad deportiva.

"Los padres saben cuándo un hijo está gordo, pero les cuesta reconocerlo. Lo primero es lograr que tomen consciencia del problema. 

Ellos llegan al consultorio queriendo que uno adelgace a los niños y nos echan encima el problema, pero nosotros estamos ahí para enseñarles cómo atravesar la calle. Si lo hacen, y de qué manera, depende solo de ellos", afirma el endocrinólogo pediatra Mauricio Coll Barrios.

Twitter: @SaludET

Laila Abu Shihab
Redactora de EL TIEMPO